Por qué es hora de debatir las desigualdades de género dentro y fuera de la escuela?
- Dar forma a las percepciones de género: Las escuelas desempeñan un papel crucial en la formación de las percepciones de género de los estudiantes, que no está determinada por la anatomía y tiene que ver con la autoidentidad de un individuo. Al fomentar un examen consciente de las visiones, expectativas y prácticas de género, la educación puede promover una cultura que valore las diferencias sin permitir que se conviertan en fuentes de desigualdad.
- Cuestionar la desigualdad como constructo: Las desigualdades no son naturales, sino creadas por las acciones humanas y las estructuras sociales. La educación puede cuestionar la interiorización de la desigualdad como un «hecho natural» y contrarrestar las lógicas discriminatorias. Enseñando a los alumnos que las desigualdades de género se construyen socialmente, las escuelas pueden capacitarlos para reconocer y desmantelar estos prejuicios.
- Conocimiento inclusivo: El conocimiento no es neutro ni asexuado. El contenido de los materiales didácticos y los planes de estudio suele reflejar prejuicios de género. Incluir las historias de las relaciones de género (en diferentes lugares y en diferentes épocas) y las perspectivas en los contenidos educativos garantiza que toda la población mundial esté representada. Esta inclusividad contribuye a la educación democrática de la sociedad y promueve una comprensión más completa del mundo.
- Abordar la violencia de género: La violencia de género se deriva de las relaciones desiguales de poder y es un problema generalizado en todo el mundo, que afecta principalmente a mujeres y niñas. La educación sobre las desigualdades de género puede ayudar a prevenir la violencia promoviendo la importancia del consentimiento, el respeto y la igualdad en las relaciones..
- Promover la salud y el desarrollo: La igualdad de género tiene beneficios de gran alcance para la salud y el desarrollo. Se ha demostrado que la educación de las niñas, en particular, mejora la salud de los niños y las mujeres. Al promover la igualdad de género, se contribuye a reducir la pobreza y la mortalidad infantil y a promover el desarrollo general de las comunidades.
- Influir en la política y la legislación: Al menos 119 países tienen leyes que discriminan a las mujeres. La educación basada en la ciudadanía y la igualdad de género puede inspirar a los futuros líderes para influir y cambiar estas políticas discriminatorias. Enseñando a los alumnos las desigualdades de género y su impacto, las escuelas pueden cultivar ciudadanos informados que aboguen por cambios legislativos y sociales.