

La desigualdad refleja disparidades en ingresos, riqueza y acceso a recursos, con la riqueza concentrada en el Norte Global mientras la pobreza persiste en todo el mundo. La desigualdad económica tiene raíces en factores históricos como la colonización y se perpetúa a través de sistemas de comercio global que desfavorecen a los países empobrecidos. La desigualdad afecta el acceso a la salud, la educación y los recursos ambientales, ya que las poblaciones más pobres soportan las peores consecuencias del cambio climático. Objetivos internacionales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, buscan abordar específicamente estas cuestiones, con iniciativas como el Comercio Justo (Fairtrade) que promueven un comercio más equitativo y campañas como la Jubilee Debt Campaign que abogan por el alivio de la deuda para las naciones más pobres.
